En enero de 2023 se adjudicó una nave municipal a la empresa Croqueta y Diva. El 22 de mayo de dicho año, a 6 días de las elecciones, la nave amanece inundada tras los episodios de lluvias. El 21 de junio vuelve a llover con intensidad y vuelven los problemas.
El arrendatario solicita formalmente el 4 de julio que le ‘devuelvan el alquiler pagado hasta la fecha’, ‘se exima del pago’ de lo restante y se realicen las ‘acciones oportunas’ para que la nave cumpla unas ‘condiciones mínimas’.
Pocos días después, el Arquitecto Técnico emite un informe acreditando ‘la existencia de charcos en varios puntos del interior de la nave’, y propone ‘limpiar las rejillas de pluviales’ y ‘comprobar las pendientes’ para descartar que las inundaciones provengan del exterior.
El Técnico de Administración General indica que hay que realizar ‘pruebas y estudios’ para determinar el ‘origen exacto de los daños’ y preparar una memoria valorada. El contrato en todo caso se debe paralizar desde mayo, no desde enero, pues hasta entonces no consta impedimento para ejercer la actividad.
Se pide un informe al secretario sobre la suspensión del contrato. Indica que hasta que no se acuerden las ‘obras de conservación’ la Ley no permite su suspensión, que en todo caso será durante ‘el periodo necesario para realizar las obras’. Hasta entonces el arrendatario tiene que seguir pagando, ‘sin perjuicio de que… procediere algún tipo de responsabilidad contractual’.
Total, que el 20 de julio de 2023 estaba todo más o menos claro. Todo apuntaba a la existencia de ‘un mal diseño del sistema de evacuación de aguas’, como citan los informes, pero hacía falta un estudio acreditándolo para poder iniciar las obras de reparación y paralizar el contrato de arrendamiento.
Pero los días pasaron, y el tema no se solucionaba. El 11 de agosto el arrendatario solicita la resolución del contrato y la ‘devolución de las rentas abonadas desde enero 2023 y lucro cesante a determinar’. Por lo que nos ha llegado, el Ayuntamiento no contestó a la petición formal.
¿Porque estaban intentando encontrar una salida al tema? Por desgracia no. El contrato para realizar ese estudio se firmó 9 meses después, en abril de 2024. A día de hoy sigue sin estar disponible, aunque ya conocemos los resultados. Mientras tanto la empresa a pagar… sin prisas en palacio.
¿Y qué dice el estudio? Que sí, que la nave tiene problemas. Vicio oculto lo quieren bautizar… Será más bien vicio ocultado. Y es que tras un informe técnico encargado por el propietario, en dicha nave encontraron arquetas hechas después de finalizar la construcción, marcas de humedades, catas de hace años,…
Y espera, ¡Que la única empresa que había utilizado esas instalaciones con anterioridad tuvo que abandonar la nave por el mismo motivo! Sí como lees. La nave se construyó con Pepe Soria, pero eso pasó durante la última legislatura del PSOE.
En el pleno de la empresa IDEC SL, para que quedara en acta, le preguntamos a Alicia si ella tenía constancia de actuaciones anteriores en esa nave o de problemas con su construcción, pues estaba claro que algo había. Nos dijo que no le constaban.
Sin embargo, Ismael, del PSOE, nos dice que al acabar nos cuenta. Nos reunimos todos a su vera. Que sí, que la nave arrastraba problemas desde su construcción. Que incluso el Ayuntamiento denunció a la constructora cuando él era concejal, aunque el juicio se perdió, no recordaba el motivo.
Vicios ocultos… que cada vez están más claros. Que todos tendréis muy buenas intenciones, no lo dudamos. Todos queréis que haya empleo y que Cehegín tenga futuro. Pero los hechos y los sin haceres, ahí están, para valorarlos.
Los de Mara callados año y medio sabiendo los problemas que tenía la nave. Esperando que el PP lie el zompo, a ver qué rascan… o que no les salpique el agua, una de dos.
Los de Jero que sacan una nave a licitación sin analizar en qué estado se encuentra, pese a no usarse en años. Poco investigaron. Las prisas de las elecciones imaginamos.
Los de Alicia que parecen enterarse menos gobernando que nosotros desde casa, consintiendo que un informe tarde más de un año, incapaces de encontrar salida a nada.
¡Y qué decir de los funcionarios! ¿Nadie es capaz de comentar que si alquilamos esto la liamos? Los responsables, que su buen sueldo reciben, que levanten la mano.
Aunque lo mismo da, porque estos vicios los vamos a tener que pagar entre todos. Y todo apunta a que van a salir muy caros.
En enero de 2024 la empresa solicitó un acto de conciliación insistiendo en la resolución del contrato y la devolución de lo pagado en caso de avenencia. En caso contrario presentaría una querella por estafa. Camino vamos de lo segundo, de ahí su silencio.
Hablamos de una potencial indemnización que puede rondar el millón de euros, pues esto ha trastocado los planes de expansión de la empresa, obligado a cancelar numerosos contratos y a invertir en unas instalaciones que tienen previsto abandonar.
Todo apunta a que una empresa capaz de generar varias decenas de puestos de trabajo se mudará al vecino de al lado. Y la empresa Riscales Alimentación (hermanada con esta), que también tenía previsto instalarse en el Agua Salada, puede ir detrás.
Una publicidad cojonuda, seguro que los empresarios hacen cola para instalarse en Cehegín. Y si ya vamos bien, que desde 2017 no se inicia la venta de una parcela en el Agua Salada (ahora están viendo si venden alguna, veremos en qué queda), prepara el cuerpo que apañaos vamos.
Solo hay una forma de acabar con los vicios. Cambiar de hábitos y rehabilitarnos.