El pasado día 10 de febrero se anunciaba en el BORM la aprobación definitiva de la nueva ordenanza de agua potable, alcantarillado y mantenimiento de contadores con las que se suben las tarifas del agua. Podéis consultarla en este enlace, pues aún no ha sido subida al Portal de Transparencia del Ayuntamiento. Para el tramo doméstico se producen las siguientes subidas, similares a las aplicables a comercios e industria.
- La cuota fija bimestral por el servicio de agua potable sube un 18,45%.
- La cuota variable por consumo de agua sube un 18,45%.
- La cuota fija bimestral por el servicio de alcantarillado sube un 9,42%.
- La cuota variable por alcantarillado sube entre un 9,18% del tramo superior y el 10,29% del tramo más bajo.
- La cuota bimestral por conservación de contadores sube un 30,96%.
En este cuadro os mostramos el incremento de precios del agua potable respecto a la normativa de 2015 y una comparativa de precios con respecto a Bullas para el tramo doméstico, todas ellas sin incluir el IVA.
Según el INE el consumo medio de agua en España es de 133 litros al día, lo que para una familia de 4 personas suponen unos 16 metros cúbicos de agua al mes. Hasta la subida, y teniendo en cuenta solo la cuota fija y variable (sin impuestos ni el resto de conceptos), el coste en Cehegín era de 18,35€ al mes. Con la subida el total pasará a ser de 21,74€ al mes. Sin embargo en Bullas la misma cantidad de agua cuesta 13,38€, un 38% menos.
¿Y esto a qué se debe? ¿Es porque el servicio está privatizado? En Bullas la gestión del agua también es privada, como aquí. Lo está a través de Aguas de Bullas, de cara al público, que en realidad es la empresa Socamex, a su vez filial de la multinacional Urbaser. Vale, entonces ¿Qué justifica esta diferencia? Pues es muy sencillo, ahora verás.
Cuando en 2008 José Soria firmó el contrato de concesión del servicio del agua hasta 2033 la empresa le pagó al Ayuntamiento 8.331.713€ como concepto de canon. Esta cantidad de dinero fue a las arcas públicas y el gobierno del Partido Popular lo gastó como consideró adecuado. ¿Fue esta una muestra de generosidad? No. Fue un ‘préstamo’ al Ayuntamiento que la empresa está recuperando con sus tarifas.
Un ‘préstamo’ que no puede interpretarse de otro modo que como un impuesto encubierto y diferido a lo largo de 25 años. Un impuesto que todos los cehegineros pagamos por el mero hecho de abrir el grifo. Un impuesto al que, para más inri, después se le aplica el IVA; impuesto sobre impuesto. Un impuesto que, en definitiva, explica esta diferencia entre el precio que pagamos nosotros y nuestros vecinos. Y las cuentas son sencillas.
Si dividimos los 8.331.713€ que nos ‘prestó’ la empresa entre los 25 años de la concesión, hablamos de 333.268,52€ al año. Según la última liquidación publicada el Ayuntamiento ingresó 855.298,88€ por cuotas de agua que, sin el impuesto, quedarían en 522.030,36€. Es decir, un 39% de lo que pagamos en 2020 fue para devolver este préstamo. Quita el ‘préstamo’ y… ¡voilà! Ya pagamos lo mismo que en Bullas.
Te hablan claro, te bajan los impuestos, te controlan al equipo de gobierno… Claro que sí. Claro como el agua.