El 9 de abril nos envían un borrador de presupuesto. Respondemos 5 días después, enviando al grupo de portavoces 14 páginas valorando y comparando con años anteriores, una a una, cada partida de ingresos y gastos.

Ayer, 2 de mayo, la alcaldesa publica que ‘hace unos días presentamos al resto de grupos políticos el borrador de presupuesto’ y que estaba ‘a la espera de recibir aportaciones’. Hace unos días… contando desde que se lo mandó al PSOE, pues, por lo que sea, el 9 no se lo enviaron.

En nuestro análisis preguntamos por qué se volvían a inflar los ingresos. Y es que la previsión de recaudación de IBI urbano se había incrementado 293.553,30 € respecto a los derechos reconocidos a cierre de 2024.
Nos responde Alicia en redes que es por ‘una revisión catastral que ha supuesto el cambio de calificación de determinadas zonas rústicas a urbanas’. Claro que sí. El IBI rústico no se baja y el urbano se sube 300.000 €. Y si cuela cuela.

Y espera, ¿os acordáis cuándo Alicia criticaba que ‘el gobierno de Pedro Sánchez ha incumplido su palabra y nos va a ingresar 1.070.000 € menos de lo previsto’? Fue el 29 de marzo. ¡10 días después nos manda un borrador CONTANDO con ese millón de más!

Lo del millón sigue sin estar resuelto. Pero claro, sin él a ver cómo cuadramos los 100.000 € para el Año Jubilar o el incremento del gasto en festejos en 50.545 € respecto al último presupuesto.
Nos llega el borrador y en tiempo récord hacemos una propuesta ajustada a los ingresos reales. Ni responden. Al día siguiente nos enteramos de que han tramitado lo del vertedero, tras meses esperando a que nos informen. No dijeron ni mu (y siguen callados).
El 22 de abril nos enteramos de que en marzo se había formalizado un préstamo de 622.352,11 €. También a escondidas, para no ‘generar incertidumbre entre la ciudadanía’. Volvimos a pedir una reunión. Que a ver si mañana, ‘luego te digo’. No hubo luego.
Y ayer, publicación. Porque esto no va del presupuesto, va del relato. De quiénes son los buenos y quiénes los malos. De azuzar a palmeros y señalar a contrarios. Para los tres grandes implicados. Pues nada, seguid con el cuento. Cuando queráis hablar de cuentas nos sentamos.