En el último pleno preguntamos si seguían manteniendo que el coste de la llegada de la Sardina sería de 0 €. Y es que las cosas gratis no existen. Todo tiene un coste. Y no es sensato esconderlo.

A los políticos les gusta mucho lo gratis. Por ejemplo, aquí tenéis al concejal de transparencia anunciando un curso ‘gratuito’. Sacada del Instagram del Ayuntamiento. ¿Que de qué es el curso? ¿De gestión de Lolos?

¿No queda claro al verlo? Curso subvencionado en parte por el Ayuntamiento. Gratis, solo la punta… digo el apuntarse. ¡Y poned a mi Lolo! Vas a poner el cartel del curso… ¡Pon a mi Lolo pijo, que mira qué guapo lo tenemos!

Gastan 118.947,84 € en comprar dos coches de policía y 31.247,04 € en una furgoneta para obras y servicios. Y en vez de informar del coste, como obliga el Reglamento de Redes, mejor un publirreportaje. La alcaldesa se va de paseo, en su auto nuevo, ¡Pi Pi Pi!

Y hablando de pipí, aquí la tenéis junto al concejal regalando productos para limpiar el pipí y las cacas de los perros. Cobran 5.614,47 € brutos al mes, pero es que nadie más podía hacerlo. ¡Bota PP! Y que se espere eso del presupuesto.

Pero cuidado, criticar es posicionarse en contra de. Si criticamos lo anterior es porque defendemos que no se deben usar las instituciones de forma partidista o que hay que informar de dónde se gasta el dinero.

¿Es criticable que la Sardina haya costado 544,50 € de un vídeo y unas horas de personal externo? Más las horas del interno… Se podrá criticar el tiempo dedicado a organizar el evento, ¿pero su coste? ¿De verdad, X Cehegín?

La semana antes del pasacalles trasladamos nuestra felicitación al equipo de gobierno y a todas las personas implicadas en hacer posible que este evento llegara al pueblo por muy poco dinero, que gratis no hay nada.

Ojalá todas las fiestas se hicieran así, sin tirar de chequera. Buscando la colaboración de negocios y colectivos de aquí y de fuera. Ese es el modelo que defendemos. Así no tenemos nada que añadir. Así perfecto. 

Solamente, y de nuevo, felicidades. Porque hacer política es defender lo que uno cree mejor para el pueblo. Criticando, pero de forma constructiva. Que una cosa es ser crítico… y otra tocar los huevos.