El Ayuntamiento de Cehegín comunicó ayer que realizará una consulta popular para elegir el nombre del nuevo pabellón, modificando la propuesta realizada el día 1, y ratificada el 3, de nombrarlo “Pabellón Leonor, princesa de Asturias” como “símbolo de unidad y concordia”. Lo hace porque los gobernantes deben saber escuchar a sus vecinos.

Una rectificación que aplaudimos desde nuestra plataforma, pero cuyas implicaciones queremos analizar:

– Parece evidente que la propuesta inicial se definió de forma unilateral por el equipo de gobierno. Un partido político llega al poder gracias al contrato suscrito con sus votantes. Ese contrato es su programa electoral, y su legitimidad para tomar decisiones debería quedar restringida a cumplir lo expuesto en él. Nada más y nada menos.

– El tema del nombre parece poco relevante si valoramos el tiempo que estamos sin esta infraestructura deportiva (dejando a un lado el tema económico o poblacional). Hace casi 4 años se dio una situación que nadie preveía en sus programas. El conflicto político por dónde ubicar el proyecto y cómo financiarlo provocó que las obras se retrasaran muchos meses. ¿Y si en vez de bronca política se hubiera consensuado la postura con una consulta?

– Confiamos en que esta consulta popular se haga de forma seria. Con una definición de propuestas subjetiva en la que cada grupo proponente pueda alegar sus motivaciones; unas opciones de elección claras y formalmente idénticas; requisitos de identificación tanto para la participación online como presencial; y un recuento transparente con compromiso de acatarlo. No es tan complicado.

– Puede rectificar quien comete errores. Todos los cometemos. Al final la evidencia nos obliga a verlos, aunque reconocerlos es otro cantar. Sin embargo la sabiduría no estriba en ese gesto, sino en aprender la lección para no volver a repetirlos. Deseamos que así sea, que las consultas populares se conviertan en algo recurrente. Sobre todo para temas de mayor enjundia.

– De nuevo felicitamos al equipo de gobierno por la rectificación. También a los ciudadanos por su movilización. Esperamos que la consulta sea todo un éxito, pero sobre todo confiamos en que esta experiencia sirva para que todos aprendamos una lección: cuantas más personas hablen más ruido se escucha.

¡Habla! ¡Grita! ¡Di lo que piensas! Ya aclararemos el ruido votando.